La sucia verdad sobre los vehículos con motor de combustión
5 de febrero de 2022,05:00am EST|La guerra verbal contra los vehículos eléctricos está que arde, como ya he mencionado antes. Ahora, el ministro de Medio Ambiente del Reino Unido, George Eustice, ha intervenido y ha amplificado un tropo común entre los que odian los vehículos eléctricos: que en realidad no son tan ecológicos como pretenden ser. Es una gran sorpresa por parte de alguien que se supone que mejora las condiciones medioambientales, sobre todo porque está totalmente equivocado.
Este argumento gira en torno a los contaminantes emitidos por los vehículos que no salen del tubo de escape. Aunque el CO2 y los gases derivados del carbono son la amenaza medioambiental mundial responsable del calentamiento global, en las ciudades los NOx y las partículas se perfilan como el principal, y más inmediato, problema sanitario. Por eso se ha producido un giro de 180 grados sobre las ventajas de los motores diésel. Aunque suelen producir menos CO2 que los de gasolina, son mucho peores en cuanto a NOx y partículas. Por este motivo, las zonas de aire limpio de las ciudades suelen exigir que los coches diésel sean de fabricación mucho más reciente para cumplir las normas que los de gasolina.
Vehículo eléctrico o gasolina, ¿qué contamina más?
El que pregonan actualmente nuestros amos es el mundo feliz del coche eléctrico, un lugar en el que no hay emisiones nocivas de los motores de gasolina y diésel, y donde el aire en los centros urbanos es tan limpio y tan dulce como en una exclusiva estación alpina.
En Francia, el Gobierno del presidente Emmanuel Macron, en un alarde típico de arrogancia gala, ha declarado el «fin de la venta de coches de gasolina y diésel para 2040», lo que supondría una «auténtica revolución», según su ministro de Ecología. Holanda planea una medida similar para dentro de ocho años, e incluso la India se plantea una prohibición para 2035.
El Gobierno británico, por su parte, ha anunciado una «aspiración» para que todos los vehículos nuevos sean eléctricos o de emisiones ultrabajas en 2040. Aunque esta aspiración es algo menos ambiciosa que la de otros países, los ministros no dejan de enviar una señal clara: el coche eléctrico tiene todas las de ganar.
Los expertos del Trancik Lab han demostrado que una berlina eléctrica Tesla Model S P100D produce más dióxido de carbono, 226 g por kilómetro, que un coche de gasolina como el Mitsubishi Mirage, que sólo emite 192 g/km.
3 cosas a tener en cuenta antes de comprar un coche híbrido o eléctrico
Los vehículos totalmente eléctricos, los vehículos eléctricos híbridos enchufables (PHEV) y los vehículos eléctricos híbridos (HEV) suelen producir menos emisiones del tubo de escape que los vehículos convencionales, y cero emisiones del tubo de escape cuando funcionan sólo con electricidad. Las emisiones del tubo de escape son sólo uno de los factores a tener en cuenta en las emisiones del ciclo de vida de un vehículo; las vías de combustible de la gasolina y la electricidad también tienen que considerar las emisiones previas, que incluyen la extracción, el refinado, la producción y el transporte del combustible. La estimación de las emisiones de la cuna a la tumba debe tener en cuenta tanto las emisiones del ciclo del combustible (también conocidas como «del pozo a las ruedas») como las emisiones del ciclo del vehículo (producción de materiales y vehículos, así como el final de su vida útil). Las emisiones combinadas desde la producción del vehículo y el combustible hasta el desmantelamiento del vehículo (es decir, el reciclado o desguace) se denominan emisiones del ciclo de vida o de la cuna a la tumba.
Las emisiones de los vehículos pueden dividirse en dos categorías generales: contaminantes atmosféricos, que contribuyen al smog, la niebla y los problemas de salud; y gases de efecto invernadero (GEI), como el dióxido de carbono y el metano. Ambas categorías de emisiones pueden evaluarse en función del tubo de escape, del pozo a la rueda y de la cuna a la tumba.
Las contradicciones de los vehículos a pilas
Los vehículos eléctricos pueden reducir drásticamente los costes de combustible gracias a la alta eficiencia de los componentes de propulsión eléctrica. Dado que los vehículos totalmente eléctricos y los PHEV dependen total o parcialmente de la energía eléctrica, su ahorro de combustible se mide de forma diferente al de los vehículos convencionales. Millas por galón de gasolina equivalente (MPGe) y kilovatios-hora (kWh) por 100 millas son métricas comunes. Dependiendo de cómo se conduzcan, los vehículos ligeros totalmente eléctricos actuales (o los PHEV en modo eléctrico) pueden superar las 130 MPGe y recorrer 160 km consumiendo sólo 25-40 kWh.
Los HEV suelen conseguir un mayor ahorro de combustible y un menor coste que los vehículos convencionales similares. Por ejemplo, en FuelEconomy.gov el Toyota Corolla Híbrido 2021 tiene un consumo de combustible combinado en ciudad y carretera estimado por la EPA de 52 millas por galón (MPG), mientras que el estimado para el Corolla convencional 2021 (cuatro cilindros, automático) es de 34 MPG. Usa la herramienta Encuentra un auto en FuelEconomy.gov para comparar los índices de economía de combustible de modelos híbridos y convencionales individuales.