Contaminacion baterias coches electricos

Reciclaje de baterías de coches eléctricos

Los coches eléctricos son cada vez más populares, pero su creciente popularidad tiene un gran inconveniente: la contaminación de las baterías de los coches eléctricos. Las baterías de los coches eléctricos son uno de los componentes más importantes de un coche eléctrico. Proporcionan la energía necesaria para que el coche funcione. Sin embargo, también pueden contaminar el medio ambiente. Por contaminación, somos bastante concretos al decir que incluye tanto las emisiones de carbono como la liberación inadvertida de toxinas residuales.

Los coches eléctricos son cada vez más populares porque los consumidores buscan opciones de transporte más ecológicas. Sin embargo, los coches eléctricos no están exentos de inconvenientes. Uno de ellos son las emisiones de carbono generadas por la fabricación de las baterías que alimentan estos vehículos.

Los residuos de la fabricación pueden dividirse en dos partes: 1) emisiones de carbono de la fabricación, 2) contaminantes tóxicos de la extracción y el procesamiento de los componentes de las baterías. El proceso de extracción y refinado de los materiales necesarios para las baterías es extremadamente intensivo en energía y liberará equivalentes de dióxido de carbono en el aire y el agua. Además, deshacerse de las pilas viejas puede resultar difícil y caro. En consecuencia, la contaminación de las pilas es un problema medioambiental importante que hay que abordar. Analicemos ambos aspectos y si son realmente un problema.

Ventajas e inconvenientes de los coches eléctricos

Uno de los principales inconvenientes de la generalización de los vehículos eléctricos es la cuestión de qué vamos a hacer con todas esas baterías de coche una vez que se acabe su vida útil. También preocupa el impacto ambiental de la extracción de litio, por no hablar del de otros metales esenciales, como el cobalto y el níquel. Veamos qué contienen las baterías de los VE, adónde van a parar cuando se agotan y si, al final, los VE siguen siendo la mejor opción para el medio ambiente.

Las baterías de los VE son muy reciclables. Más del 95% de los componentes de una batería de iones de litio pueden extraerse mediante hidrometalurgia. Esto implica triturar los componentes de la batería y hacerlos pasar por una solución ácida. Una serie de disolventes y rondas de galvanoplastia son capaces de extraer elementos individuales de la solución. La recuperación por fundición es habitual, pero consume más energía y es menos eficaz. La contaminación causada por este proceso de reciclado es insignificante. El problema actual es que no hay suficientes instalaciones de reciclado que funcionen a la escala necesaria para hacer frente a la avalancha de baterías de vehículos eléctricos que llegan al final de su vida útil. Actualmente sólo reciclamos un 5% de nuestras baterías de iones de litio, pero por suerte el creciente valor del litio, el cobalto y el níquel hace que la perspectiva de recuperarlo sea mucho más atractiva.

Llegan millones de coches eléctricos ¿Qué pasa con todas las baterías agotadas?

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha anunciado este año que prevé 145 millones de vehículos eléctricos en todo el mundo para 2030. Si los gobiernos redoblan sus esfuerzos para cumplir los objetivos internacionales en materia de energía y clima, la cifra podría aumentar aún más, hasta 230 millones, y eso sin contar los vehículos de dos y tres ruedas. Son muchos coches nuevos que llegarán a los mercados mundiales. Y también… muchas baterías.

al ex director de tecnología, le gusta decir que la mayor mina de litio está en los cajones de la basura de Estados Unidos. Su empresa de reciclaje, Redwood Materials, recicla chatarra y celdas de baterías defectuosas para Envision AESC, que fabrica baterías para el Nissan Leaf, y Panasonic

que fabrica celdas en la Gigafactoría de Tesla en Nevada. Actualmente, la fábrica tiene capacidad para recuperar componentes suficientes para crear 45.000 paquetes de baterías de coches eléctricos al año. Al final, todo se reducirá a la ejecución. El reciclaje es un negocio sucio en más de un sentido, y dependerá de todos los participantes -desde los fabricantes hasta las plantas de reciclaje y, en última instancia, los conductores- jugar la pelota. Si se hace correctamente, podríamos ver cómo los esfuerzos de reciclaje compensan buena parte del coste ecológico y económico de la producción de baterías para VE. Si no, el resultado podría ser una situación mucho peor que la contaminación por plásticos que ensucia los océanos.

Ventajas del coche eléctrico

Los vehículos eléctricos (VE) están de moda estos días. Son, según el Presidente Biden y gran parte de los medios de comunicación, un elemento crucial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y salvar el medio ambiente. Las subvenciones federales y estatales llevan tiempo fomentando su uso. En sus propuestas de infraestructuras, el presidente aumentaría ese estímulo construyendo unas 500.000 estaciones de recarga en todo el país. La presencia de vehículos eléctricos en las carreteras se ha extendido rápidamente en Estados Unidos y, sobre todo, en Europa. Aunque pocos pueden dudar de lo que se dice de ellos, los gases de efecto invernadero no son la única preocupación mundial en materia de contaminación. Como está descubriendo China, líder en VE, la eliminación de las baterías de los vehículos presenta riesgos medioambientales distintos y graves. La experiencia de ese país puede ser un indicio de la próxima amenaza para el medio ambiente.

Los vehículos eléctricos -puros e híbridos- están ganando terreno rápidamente. Según las últimas cifras del Departamento de Transporte, ya circulan por las carreteras de este país casi 2 millones de estos vehículos, un porcentaje aún pequeño del total, pero tres veces superior al de hace cuatro años. Y no es de extrañar. Aparte del genuino deseo de los propietarios de contribuir a la lucha contra el cambio climático, el Gobierno federal ofrece desde hace tiempo una desgravación fiscal de hasta 7.500 dólares por la compra de uno de estos coches, a la que se suman algunos estados. La Unión Europea, donde también hay fuertes subvenciones y quizá una mayor sensibilidad pública hacia las cuestiones medioambientales, tiene unos 3,2 millones de VE en sus carreteras, mientras que el Reino Unido como casi 800.000. Pero China es el líder mundial. Produce más de la mitad de los vehículos eléctricos del mundo y sus carreteras soportan casi la mitad del parque mundial, que según las estimaciones del Gobierno chino alcanzará los 5,8 millones de vehículos este año.